sábado, 30 de outubro de 2010

ESPACIO UTOPÍA ACTIVA: MARIO BENEDETTI

EL INFINITO
             MARIO BENEDETTI

De un tiempo a esta parte
 el infinito
se ha encogido
peligrosamente.

Quién iba a suponer
que segundo a segundo
cada migaja
de su pan sin límites
iba así a despeñarse
como canto rodado
en el abismo.


LO QUE NECESITO DE TÍ
     MARIO BENEDETTI

No sabes como necesito tu voz;
necesito tus miradas
aquellas palabras que siempre me llenaban,
necesito tu paz interior;
necesito la luz de tus labios
!!! Ya no puedo... seguir así !!!
...Ya... No puedo
mi mente no quiere pensar
no puede pensar nada más que en ti.
Necesito la flor de tus manos
aquella paciencia de todos tus actos
con aquella justicia que me inspiras
para lo que siempre fue mi espina
mi fuente de vida se ha secado
con la fuerza del olvido...
me estoy quemando;
aquello que necesito ya lo he encontrado
pero aun !!!Te sigo extrañando!!!
INTIMIDAD
   MARIO BENEDETTI

Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto
no le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos
pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno
juntos vivimos
sucumbimos juntos
pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga
un vestigio
un abrirse y cerrarse
el paraíso
ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío
quiero que me relates
el duelo que te callas
por mi parte te ofrezco
mi última confianza
estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser una llama.

SEÑAS DEL CHE
                MARIO BENEDETTI



Todo campo
es el nuestro

por ejemplo está éste
verde dispuesto verde
los surcos y los surcos
las nubes con sus gordas
pantorrillas de lluvia

está tambien el otro
campo de pronto abismo
recién nacidos muertos
sin haberse atrevido
a estrenar sus pavores

está el amor de siempre
el corazón del tacto
la noche de la piel
los poros y los poros
y la gloria y el beso

está la llamarada
la hoguera de la piel
el cuerpo brasa infame
el hombre que no sabe
por qué lo incendia el hombre

verde dispuesto verde
campo de pronto abismo
los surcos y los surcos
las nubes con sus gordas
pantorrillas de lluvia
recién nacidos muertos
sin haberse atrevido
a estrenar sus pavores
está el amor de siempre
está la llamarada
el corazón del tacto
la hoguera de la piel
la noche de la piel
el cuerpo brasa infame
los poros y los poros
y el hombre que no sabe
y la gloria y el beso
por qué lo incendia el hombre

desde un sitio cualquiera
montaña
o selva
o sótano
hay alguien que hace señas
agitando su vida

todo campo
es el nuestro

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